El proyecto del oleoducto Keystone XL, que iba a tener una longitud de 1,179 millas (1,900 kilómetros) desde Canadá hasta Texas. Estaba concebido para transportar cientos de miles de barriles de petróleo cada día desde Canadá hasta el Golfo de México. El Partido Republicano también esperaba que se hubieran creado miles de puestos de trabajo tanto directos como indirectos.
Pero tras varios estudios sobre el impacto medioambiental y las presiones ecologistas que habían alertado de las repercusiones sobre la zona, su construcción no se llevará a cabo.
Obama ha rechazado el proyecto gracias a las recomendaciones de su su secretario de Estado, John Kerry, que en un comunicado había declarado que “el socavaría significativamente la capacidad de USA de seguir liderando al mundo contra el cambio climático".
Este paso constituye el más reciente en una larga lista de acciones llevadas a cabo por Obama para mostrar que Estados Unidos quiere liderar los esfuerzos para combatir el calentamiento global. Incluso con la oposición republicana, el presidente ha presionado a otros gobiernos a tomar medidas similares, especialmente a países en desarrollo que durante años han declarado que los cambios climáticos no son su problema.
Los limites que se han impuesto a las emisiones de las centrales eléctricas de USA también tienen tanto defensores como detractores. Por un lado los grupos de defensa medioambiental han elogiado las nuevas políticas, pero por otro, el sector energético y sus partidarios están tomando medidas para bloquearlas. Si esta nueva normativa no se ve aplicada, Obama se vería presionado internacionalmente para garantizar el recorte del 26% en emisiones que había prometido.
Según la Directora de Comunicaciones de la Casa Blanca, Jen Psaki, “objetivamente, ha habido una firme serie de pasos realizados por el presidente de más importancia para el cambio climático que Keystone. Nuestra opinión es que tenemos que seguir liderando con nuestro ejemplo. ¿Esto es difícil? Sí, por supuesto.”
Fuentes: Europa Press, Univisión